El gato puede padecer diferentes enfermedades en el tracto urinario inferior que deben diagnosticarse adecuadamente para poder instaurar el tratamiento más apropiado.
FLUTD (feline lower urinary tract disease) es un término poco específico aplicado a un síndrome que padecen los gatos con síntomas clínicos de las vías urinarias inferiores (disuria, estranguria,
hematuria, polaquiuria y periuria). Dichos síntomas no son característicos de ninguna causa en concreto y pueden estar localizados en vejiga y/o uretra. Dos tercios de los gatos de menos de diez
años, afectados por los síntomas de las vías urinarias bajas, serán diagnosticados de una cistitis idiopática estéril. El diagnóstico de dicha patología se realiza por exclusión tras haber realizado
los exámenes complementarios oportunos en función del caso clínico (analíticas sanguíneas, urianálisis, pruebas de diagnóstico por imagen, etc.). El FLUTD se da con mayor frecuencia en gatos con
edades comprendidas entre los 1 y 10 años.
Los gatos que sufren FLUTD con frecuencia viven dentro de casa; las causas pueden ser su naturaleza sedentaria, el menor consumo de agua y la menor frecuencia de micción; son gatos alimentados con
dieta seca y/o gatos castrados (frecuentemente sedentarios y obesos).
Infección del tracto urinario (ITU)
Aunque en general las infecciones del tracto urinario se consideran poco frecuentes.
La mayor proporción de felinos afectados por una ITU son gatos mayores con una orina menos concentrada y los que presentan alguna enfermedad concomitante (enfermedad renal crónica, diabetes,
hipertiroidismo, enfermedades inmunosupresoras, etc.). La cateterización uretral y la uretrostomía perineal también aumentan el riesgo de desarrollar una ITU.
El diagnóstico se basa en la realización de un sedimento urinario. Sin embargo, la realización de un cultivo urinario junto con un antibiograma es fundamental en aras de confirmar el diagnóstico y
elegir el antibiótico adecuado. El cultivo urinario debe realizarse siempre que se observe piuria (presencia de neutrófilos en orina), incluso en ausencia de bacteriuria, sobre todo en orinas
diluidas. La orina se debe obtener siempre por cistocentesis, así se evitará la contaminación de la muestra por bacterias del aparato genital.
El uso de antibióticos en gatos con FLUTD sin un diagnóstico de uroinfección no está indicado ya que su uso irracional puede conllevar al aumento de las resistencias bacterianas.
Urolitiasis
La urolitiasis es la precipitación macroscópica del material cristaloide en cualquier localización del tracto urinario. Existen diversos tipos de urolitos en gatos, pero los más importantes son
los de estruvita y oxalato cálcico.
Tapones uretrales
Los tapones uretrales están formados principalmente por materia orgánica y cantidades variables de minerales, principalmente estruvita. Son la causa más importante de obstrucción uretral en
machos.
Diversos estudios sugieren que los machos con una cistitis idiopática felina (FIC) y la presencia concomitante de cristaluria presentan un mayor riesgo para la formación de tapones uretrales. De
hecho, la diferenciación entre un FIC obstructivo y un tapón uretral a veces puede ser muy difícil. La obstrucción uretral en gatos con FIC puede ser resultado del edema inflamatorio de la uretra,
espasmo uretral, acumulación de neutrófilos, glóbulos rojos degenerados y la aparición del reflejo de disinergia. Además de todo lo citado anteriormente, puede producirse la precipitación de material
cristaloide.
A pesar de que en los últimos años se ha producido un aumento en el número de urolitiasis por oxalato cálcico en los gatos, la inmensa mayoría de tapones uretrales que se someten a análisis
cuantitativo están compuestos de estruvita.
Manejo de urgencia de la uropatía obstructiva
Ante la presencia de un gato con obstrucción el tratamiento de urgencia es fundamental. La presentación clínica típica suele ser la de un gato macho que presenta una intensa dificultad para
orinar. Además, dependiendo del grado de obstrucción, habrá otros síntomas como vómitos, letargia, anorexia, dolor abdominal, etc.
Cistitis idiopática felina
La cistitis idiopática felina (FIC) se produce en dos tercios de los gatos que presentan síntomas de vías urinarias bajas. Suele afectar a gatos de menos de diez años. Las pruebas deben ir
encaminadas a excluir el resto de patologías que provocan FLUTD en gatos. Una uretrocistografía de contraste resultará útil para evaluar la presencia de cálculos radiolúcidos y otras lesiones como
masas y estricturas uretrales. Es mejor no utilizar medios de contraste cuando el paciente presente azotemia. En caso de realizar una cistoscopia observaremos hemorragias petequiales en la
submucosa.
La patogénesis resulta a día de hoy incierta, pero de forma bastante resumida, parece que la enfermedad está provocada por un desajuste entre el sistema simpático y el eje
hipotalámico-hipofisario-adrenal exacerbado en condiciones de estrés. Esto provoca la liberación de mediadores de la inflamación que ocasiona edema de la pared de la vejiga, espasmo del músculo liso
y sobre todo, dolor.
Existen dos formas: obstructiva y no obstructiva.
EJEMPLOS DE ENRIQUECIMIENTO AMBIENTAL:
- Asegurarse de que existe al menos una bandeja de eliminación más que el número de gatos que hay en casa.
- Mantener las bandejas limpias y en un sitio tranquilo. Usar arena no perfumada. Dar la opción al gato de elegir el tipo de arena que desea ofreciéndole al principio la posibilidad de elegir entre
varios formatos.
- Asegurarse de que siempre disponen de agua fresca y que existen tantos boles como gatos más uno.
- Fomentar el juego, dar la opción al gato de elegir el tipo de juguete y cambiarlo con regularidad.
- Esconder comida en diferentes lugares de la casa. Existen diversos juguetes donde se introduce la comida y el gato ha de sacarla de manera activa.
- Proporcionar lugares de descanso y acceso a lugares elevados.
- Ofrecer rascadores.
- Si conviven varios gatos en la unidad familiar y el conflicto es la causa del estrés, se debe considerar en casos extremos, el traslado del gato a un nuevo entorno familiar como único gato.
- La estrecha colaboración con el veterinario etólogo es clave para el manejo de la patología.
- Establecer áreas de descanso, alimentación y juego.
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Luis Miguel García Roldán y Manuela Bárcena Díaz
Hospital Veterinari Molins
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La obesidad es el desorden nutricional multifactorial más habitual en los gatos domésticos.
En cuanto a los factores de riesgo que favorecen que un felino doméstico acabe siendo obeso, no está claro que la raza tenga alguna influencia. Respecto a la edad, parece claro que los gatos entre los
5 y 11 años son más propensos a sufrir obesidad, debido a una reducción de su actividad física y sus constantes metabólicas, relacionada con el envejecimiento.
El sexo de los animales y su estado reproductivo también parecen tener una clara influencia en el desarrollo de obesidad: los machos y los animales castrados ganan peso con más facilidad que el
resto. Y, claro, los propietarios también son un factor de riesgo determinante: dueños con sobrepeso suelen tener gatos con sobrepeso y, además, la mayor parte de los propietarios tiende
a subestimar el peso de sus
mascotas.
La obesidad tiene una implicación directa muy significativa en la salud de los gatos que la padecen.
Tiene efectos mecánicos y metabólicos, de forma que predispone a sufrir:
- diabetes mellitus tipo 2,
- lipidosis hepática,
- cojeras y otros trastornos locomotores,
- enfermedades de la cavidad oral,
- enfermedades del tracto urinario,
- problemas
dermatológicos
- neoplasias.
Un aspecto importante relacionado con la prevención y manejo de la obesidad felina es la evaluación de la condición corporal de los gatos para determinar el peso ideal de cada animal y formular
planes de pérdida de peso adecuados.
( ARGOS veterinaria, Joaquín Ventura García)
La dermatofitosis constituye un serio problema en muchas colectividades felinas, incluso de salud pública, ya que se trata de una zoonosis cutánea fácilmente transmisible al hombre.
El contagio se produce entre gatos a través del contacto directo o por las esporas contaminantes del medio ambiente, las cuales se diseminan rápidamente por vía aérea, contaminando grandes
superficies durante largos periodos de tiempo. Otra vía de transmisión es el uso de utensilios contaminados (peines, juguetes, jaulas, cestos, etc).
Cuadro clínico
Las lesiones cutáneas de la dermatofitosis en el gato son muy diversas, debiendo tener en cuenta la posible presencia de portadores prácticamente asintomáticos, de gran importancia en la cadena
epidemiológica. Las lesiones cursan con prurito leve o moderado, y las más frecuentes son: alopecias eritematosas y/o descamativas, localizadas especialmente en la cara y extremidades. Otros cuadros
clínicos incluyen: dermatitis miliar, seborrea generalizada, acné del mentón, alopecia simétrica de los flancos y lesiones nodulares.
La información de que otros animales o humanos, en contacto con el paciente del cual se sospecha una dermatofitosis, presentan lesiones compatibles con esta infección puede ser de gran utilidad
para confirmar el diagnóstico. Sin embargo, si no existe zoonosis o si otros animales no se encuentran clínicamente afectados, no se puede descartar la posibilidad de una dermatofitosis.
No considerar la posibilidad de dermatofitos como contaminantes : Por lo general, se tiende a considerar a los felinos como posibles “portadores “de dermatofitos sin manifestaciones clínicas.
Sin embargo, existe bastante información que indica la posibilidad de aislar dermatofitos en los perros sin lesiones clínicas.
Infecciones en humanos
Período de incubación El período de incubación en los humanos es de 1 a 2 semanas. Signos clínicos En general, los dermatofitos crecen sólo en tejidos queratinizados como el cabello, las uñas, la
capa externa de la piel; el hongo comúnmente detiene su propagación cuando entra en contacto con células vivas o áreas de inflamación. Las membranas mucosas no se ven afectadas. Los signos clínicos
pueden variar, dependiendo de la región afectada. En los humanos, el prurito es el síntoma más frecuente. Las lesiones de la piel, en general, se caracterizan por una inflamación que es más grave en
los bordes, con eritema, descamación y, ocasionalmente, la formación de ampollas. Algunas veces se observa un centro más claro, sobre todo en la tiña corporal, lo que ocasiona la formación de la
clásica lesión de la “tiña". Puede originarse pérdida del cabello en cuero cabelludo y rostro. Los dermatofitos adquiridos a través de animales o del suelo, en general, producen más lesiones
inflamatorias en humanos que los dermatofitos antropofílicos. En los humanos, las dermatofitosis se conocen como “tiña” y su nombre hace referencia a la región corporal involucrada.
Tratamiento:
Implica necesariamente considerar varios elementos de modo combinado:
1- Aislamiento. Cualquier paciente con dermatofitosis debería ser confinado en el interior de la vivienda, para evitar reinfecciones a partir del ambiente o fómites. Si existe más de un gato en la
casa el afectado debe separarse físicamente de los individuos sanos. Es muy importante evitar el empleo compartido de productos de limpieza o grooming entre los gatos que conviven en un mismo
entorno.
2- Limpieza Las esporas se encuentran en el pelo mayoritariamente y son facilmente eliminables mediante limpieza mecánica con aspiradora o lavado con agua jabonosa. En general es innecesario el
empleo de productos más potentes y agresivos como la lejía, recomendada tradicionalmente. El material textil en contacto con el gato enfermo se debe lavar dos veces por semana, con ciclos largos de
lavado y con especial precaución en no “sobrecargar” la capacidad de la lavadora.
Para realizar el tratamiento de la dermatofitosis con éxito, en general, es imprescindible realizarlo en sus dos vertientes: tópica y sistémica.
3- Tratamiento tópico El rasurado del manto previo al tratamiento tópico, mediante tijeras o cuchilla del numero 10, es una medida muy recomendable en la mayoría de los casos, especialmente en los
gatos Persas o de pelo largo, para disminuir la carga de esporas del paciente. No obstante es recomendable realizar un rasurado cuidadoso, ya que existen casos de diseminación de la enfermedad por la
realización de un rasurado demasiado agresivo, capaz de producir microabrasiones facilmente colonizables por esporas fúngicas. Los baños o enjuagues ,es recomendable realizarlos dos o tres veces por
semana, durante al menos tres semanas consecutivas.
- Champu Clorhexidina-Miconazol
4- Tratamiento sistémico Los fármacos recomendables actualmente para el tratamiento de la dermatofitosis felina son el Itraconazol al menos durante 21 días consecutivos o en el caso del
Itraconazol 6 semanas
(Cesar Yotti AVEPA)
El fallo renal crónico, también llamado insuficiencia renal, es una de las enfermedades más comunes en los gatos mayores. En la mayoría de los casos, el fallo renal es progresivo de modo que hay
un avance gradual de la enfermedad y un empeoramiento de los síntomas. El grado de progresión de la enfermedad varía considerablemente de un individuo a otro. El cuidado y tratamiento adecuados
pueden aumentar la calidad de vida de los gatos afectados y prolongar su vida, retardando la progresión de la enfermedad.
¿Qué causa la insuficiencia renal crónica?
La insuficiencia renal crónica se produce cuando existe un daño en los riñones prolongado e irreversible, que impide su funcionalidad para filtrar y eliminar los productos de desecho de la sangre. En
la mayoría de los casos en los que se diagnostica una insuficiencia renal no se conoce la causa exacta de la enfermedad. Las muestras tomadas de riñones afectados (biopsias), suelen mostrar una gran
cantidad de tejido fibroso reemplazando el tejido normal del riñón, a menudo con algo de inflamación (por eso también se llama “nefritis intersticial crónica”). Estos cambios afectan también a muchas
enfermedades. No obstante, existen algunas causas bien reconocidas de insuficiencia renal crónica como las siguientes:
- Riñones poliquísticos (enfermedad hereditaria que se suele dar en gatos Persas y Exóticos en la que quistes llenos de líquido, que se forman en los mismos riñones, van reemplazando, poco a poco,
el tejido normal).
- Tumores renales, por ejemplo, linfomas (un tumor sólido de células de la serie blanca) que pueden afectar a los riñones causando un fallo renal.
- Infecciones, por ejemplo una infección bacteriana en los riñones (pielonefritis) que puede ocurrir por progresión de una infección de la vejiga y puede llegar a producir incluso fallo renal.
- Otras causas, por ejemplo, tóxicos que afecten a los riñones, defectos en el desarrollo de los riñones de nacimiento, inflamación persistente como la glomerulonefritis.
En la mayoría de veces no se puede encontrar una causa específica del fallo renal y se actúa con un tratamiento sintomático. Cuando se encuentra la causa, y esta se puede tratar, podría existir la
posibilidad de frenar la progresión de la enfermedad.
¿Es muy común la insuficiencia renal?
La insuficiencia renal crónica puede producirse en gatos de todas las edades, pero generalmente se ve en gatos de media y avanzada edad, y es más común a medida que aumenta la edad. Se estima que
alrededor de uno de cada 5 gatos de más de 15 años presenta fallo renal. En general, la insuficiencia renal, se da hasta tres veces más en gatos que en perros.
¿Cuál es la función de los riñones?
Los riñones desempeñan una amplia variedad de funciones importantes, incluida la eliminación de las toxinas de la sangre y el mantenimiento del equilibrio de agua y electrolitos del organismo. La
sangre se filtra constantemente a través de los riñones para eliminar las toxinas de desecho de los productos del metabolismo del organismo. La orina se produce en este proceso. Los riñones también
concentran la orina devolviendo agua al organismo, para prevenir la deshidratación.
Los riñones cumplen otras funciones importantes en el mantenimiento del equilibrio de electrolitos (potasio, sodio, calcio, fósforo, etc.) en el organismo, regulan el contenido ácido de la sangre y
controlan la presión arterial. También son responsables de la producción de la hormona llamada eritropoyetina que estimula la producción de glóbulos rojos por la médula ósea.
Afortunadamente, existe una buena “capacidad de reserva” en los riñones, de modo que si se extirpase uno de ellos, (para realizar un transplante, por ejemplo) no habría consecuencias adversas. De
hecho se necesita que estén dañados de dos tercios a tres cuartos del tejido funcional de los riñones para que se produzcan signos de fallo renal.
¿Cuáles son los síntomas y complicaciones del fallo renal crónico?
En la mayoría de los casos la insuficiencia renal crónica es una enfermedad de progresión lenta e insidiosa, aunque en determinados casos los síntomas podrían aparecer repentinamente. La mayor parte
de los síntomas son bastante vagos e inespecíficos, producidos, al menos en parte, por la acumulación en sangre de toxinas que se suelen secretar por la orina. Los síntomas más comunes que
encontramos en gatos afectados son: falta de apetito, pérdida de peso, deshidratación, letargia y depresión. Suelen tener mucha sed y producir mucha más orina (debido a la incapacidad de
concentrarla). Otros síntomas pueden ser: pelaje estropeado, vómitos, halitosis, úlceras en la boca y debilidad. A medida que la insuficiencia renal va progresando (independientemente del
tratamiento) estos síntomas tienden a empeorar con el tiempo.
Debido a la diversidad de funciones que realiza el riñón, en los gatos afectados pueden aparecer numerosas complicaciones, como anomalías en el equilibrio de electrolitos (por ejemplo: baja
concentración de potasio sanguíneo, elevada concentración de fósforo), retención de excesivo contenido ácido en el cuerpo (acidosis), elevación de la presión sanguínea (hipertensión) y anemia (bajo
número de glóbulos rojos).
¿Cómo se diagnostica la insuficiencia renal?
Los síntomas de la insuficiencia renal son no específicos. Pueden ser los mismos que los que causan otras enfermedades. El diagnóstico, por tanto, se hará mediante un análisis de sangre y otro de
orina. Se suelen analizar dos sustancias en la sangre: urea y creatinina, ya que estos son los productos del metabolismo que normalmente se excretan por el riñón. En un fallo renal la concentración
de estos dos parámetros aumenta. Debido a que existen otras enfermedades que también pueden aumentar estos valores, se realiza, al mismo tiempo, un análisis de orina. En una insuficiencia renal
crónica, además de los síntomas y de valores elevados de urea y creatinina, se producirá una orina poco concentrada. Para valorar la concentración de la orina se mide la “gravedad específica” de
esta, cuyo valor en la mayoría de los gatos con fallo renal es menor de 1,030.
¿Cómo se trata la insuficiencia renal?
En los casos en los que se encuentra la causa específica de la insuficiencia renal (por ejemplo: infección bacteriana en riñones), se puede tratar directamente la causa. Pero en la mayoría de los
casos no es así y, por tanto, el tratamiento se centra en los síntomas. Algunos gatos al principio necesitarán fluidoterapia intravenosa para corregir la deshidratación (y probablemente las anomalías
electrolíticas). Una vez estabilizados, el tratamiento irá dirigido a mantener la función renal y minimizar las complicaciones del fallo renal. La insuficiencia renal crónica es irreversible y, en la
mayoría de los casos, no se conseguirá una mejoría a pesar de un tratamiento apropiado.
Los tratamientos adecuados necesitarán controles periódicos en distintos momentos (incluidas mediciones de la presión arterial y análisis de sangre y orina) para identificar las complicaciones que
surjan y poder tratarlas, como anemia (disminución de los glóbulos rojos en sangre), descenso de potasio, elevación de fósforo, infecciones urinarias e hipertensión.
¿Por qué es la dieta importante en la insuficiencia renal?
La dieta es importante en los pacientes con insuficiencia renal crónica, con tres factores destacados:
Ingesta de agua
Los gatos con fallo renal pueden deshidratarse con mayor facilidad (debido a que los riñones tienen menor capacidad para conservar el agua mediante la concentración de la orina). Mantener una
ingesta de agua adecuada es muy importante, y, debido a que los gatos obtienen la mayoría de su agua a través de la comida, en estos pacientes su alimentación deberá incluir, siempre que sea posible,
comida húmeda enlatada (o en bolsas) en vez de comida seca (pienso).
Contenido proteico
Una dieta ideal para un gato con fallo renal deberá contener baja concentración de proteína (la mayoría de las toxinas se acumulan en la sangre en una insuficiencia renal como resultado de la
descomposición de las proteínas), y los alimentos bajos en proteínas ayudan a disminuir las toxinas. De todos modos, la reducción de proteína en la dieta tiene que hacerse con precaución. Un consumo
muy bajo de proteínas puede producir pérdida de peso que será perjudicial para el estado general de salud. Por esta razón, es preferible utilizar dietas comerciales específicas que “dietas
caseras”.
Las dietas bajas en proteínas suelen ser menos apetitosas para los gatos. Los gatos con insuficiencia renal crónica que no se acostumbren a estas dietas, es preferible que sigan una dieta normal a
que dejen de comer. A veces se puede conseguir que coman una dieta baja en proteínas ofreciéndoles diferentes variedades, calentando la comida y mezclando una dieta de este tipo con su dieta normal
durante un periodo de tiempo.
Bajo contenido en fósforo
Una dieta con bajo contenido en fósforo en los gatos con insuficiencia renal parece resultar muy beneficiosa para proteger a los riñones de sufrir mayores daños. Las dietas comerciales preparadas
para fallo renal tienen baja concentración de proteínas y de fósforo. Si un gato no se alimenta con estas dietas bajas en fósforo (bajas en proteína), o si la concentración de fósforo en sangre es
elevada, a pesar de esta dieta, se pueden añadir a la dieta “quelantes del fósforo” (por ejemplo: hidróxido de aluminio o acetato de calcio) para reducir la cantidad de fósforo que se absorbe. Esto
sólo debe hacerse aconsejados por un veterinario.
Otras mejoras en las dietas
Las dietas comerciales para gatos con insuficiencia renal tienen otras modificaciones, como puede ser la adición de más fibra y algunos ácidos grasos poliinsaturados, que ofrecen beneficios
adicionales en el tratamiento de la insuficiencia renal.
¿Cuál es el pronóstico?
Cuando el daño en los riñones es tan grave que estos presentan insuficiencia renal crónica, se producen mecanismos de compensación y de adaptación para intentar mantener el funcionamiento normal de
los riñones, aunque en algún momento estos mecanismos fallarán produciendo una progresión en el fallo renal. La enfermedad es, por tanto, progresiva en el tiempo y puede acabar en la necesidad de
eutanasia. De todos modos, el ritmo de progresión de la enfermedad renal varía considerablemente en cada individuo y un tratamiento y cuidados adecuados pueden mejorar la calidad de vida de los gatos
afectados y, al mismo tiempo, ralentizar la progresión de la enfermedad.
GEMFE (Grupo de Especialidad de Medicina Felina de AVEPA)